Hay un montón de verdades a medias, mentiras y bulos en torno a la celulitis. Pero lo que sí podemos afirmar es que es un "problema" muy común en las mujeres y muy difícil de quitar, pero no imposible (eso sí déjate guiar por nuestros consejos y olvídate de las carísimas cremas y pastillas milagrosas).
Lo que realmente es la celulitis son un depósitos de grasa localizada bajo la piel, con un aspecto característico de hinchazón y bultitos, y que, usualmente, se depositan bajo las caderas, los muslos y glúteos. Es la conocida "piel de naranja".
En torno a las causas de la celulitis, no hay una relación causa-efecto directa. Lo que hay es un factor etiológico asociado a factor de riesgo. En torno a las primeras parece ser que el origen genético juega un papel importante. Entre los factores de riesgo destacamos: mala circulación sanguínea, tabaco, malos hábitos alimenticios, retención de líquidos, sedentarismo....
Dado que sobre la genética no podemos hacer nada, nuestro principal objetivo para luchar contra la celulitis o para evitar que salga es actuar sobre estos factores de riesgo; y esto es dieta sana y equilibrada y ejercicio físico.
Parece ser que la aparición de este tipo de grasa puede tener origen en el incremento del tamaño de las células de grasa (sobre todo en las mujeres que tienden a acumular más grasa en las caderas, muslos y glúteos, debido a sus diferencias hormonales y físicas), lo que puede producir que se formen estas zonas abultadas de acumulación en determinadas regiones del cuerpo.
Dado que no hay evidencias de que utilizar productos que se anuncian como "removedores de la celulitis" tengan un efecto apreciable, lo que tenemos que hacer es disminuir de peso para que los depósitos de grasa , bien los localizados como los generales, comiencen a disminuir para poder peder la celulitis.
El proceso de desarrollo muscular sigue el mismo proceso tanto en hombres como en mujeres, con la diferencia de que si en el caso de los hombres es un proceso muy lento y costoso, en el caso de la mujer lo es mucho más. ¿Esto que quiere decir? Pues que aunque la mujer pretenda un desarrollo muscular excesivo, este nunca podrá ser exagerado y su definición muscular dependerá de su porcentaje graso; si es te es normal, será imposible que pueda llegar a ser ni siquiera apreciable.
Una gran ventaja que la mayoría del sexo femenino desconoce es que si pudiera conseguir unos kilitos de masa muscular, estos aumentarían su metabolismo basal, que se traduce en que se quemarían muchas más calorías en reposo, dificultando así la acumulación de grasa.
Pero lo que ocurre actualmente y que vemos todos los días en el gimnasio es que la mayoría de las mujeres evita hacer ejercicios de fuerza (con pesas) por la imagen de cuerpos supermusculados y superdefinidos que ven en las atletas de competición, quienes presentan unos porcentajes de grasa muy por debajo de lo normal; conseguido gracias a dietas muy estrictas, mucho trabajo muscular, y, la mayoría de las veces ayudadas por técnicas farmacológicas poco recomendadas.
Poco más se puede decir en torno a este tema, aparte de citar otra solución con el 100% de efectividad: técnicas quirúrgicas, como la liposucción. Poco recomendada por nuestra parte, por su precio y riesgos.