Cualquier experto en nutrición te llegará a la misma conclusión que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Las prisas matutinas, nos hace desayunar mal y poco, por ejemplo una café y con un poco de suerte dos galletas o un bollo, etc… Esto que supone que según va pasando la mañana, puede afectarnos a nuestro rendimiento y humor.
El desayuno marca las pautas para el resto de las comidas del día. Cuanto más escaso sea, seguro que nos hace picar entre horas y sin ningún tipo de selección de alimentos, lo que solemos definir como “me comerías cualquier cosa”.
Por eso uno de los grandes errores que se comete es cuando se intenta adelgazar eliminando el desayuno. Solo son necesarios esos diez minutos de robarle a nuestro sueño por la mañana, serían necesarios, también están las personas que se levantan sin hambre y son incapaces de meterse nada en el estomago a primera hora, para ellas la única solución es ir acostumbrando al cuerpo poco a poco.
Una persona que práctica regularmente deporte no tiene porque hacer un desayuno especial, solo tendrá que tener en cuenta la cantidad de ejercicio físico va a realizar y de que intensidad y por lo tanto desgaste va a tener.
Por lo que habrá periodos y momentos en los que la actividad física será mayor y el aporte de nutrientes y kilocalorías tendrá que ser mayor.
El tiempo de recomendación para realizar cualquier actividad física después de ingerir alimento suele ser de 60 minutos. En conclusión un buen desayuno se considera aquel que incluye lácteos, cereales, fruta, proteínas y vitaminas